Iaddict talks about the addiction to technology and how we’re all so connected but at the same time so deeply distanced from ourselves and one another. Everyone lives a fake life in which the superficial becomes real and everyone appears to be perfect on social media. In reality, we are all deeply sad, hurt, and yearning for true human connections.
Whether at a stop light or on the dinner table, cell phones have become extra appendages to human existence. Whether on the toilet or at the movie theater, it simply seems like we can’t live without our phones nowadays. “Sensory overload is when your five senses — sight, hearing, smell, touch, and taste — take in more information than your brain can process. When your brain is overwhelmed by this input, it enters fight, flight, or freeze mode in response to what feels like a crisis, making you feel unsafe or even panicky.” Sensory overload is something we experience on a day-to-day basis, consider for a second the endless hours scrolling social media, why does it feel like we can’t stop? Why do we have to do the mundane task of scrolling hoping to find that next dopamine rush that will make our brains that little bit happier, are we really happy or are we trying our best to feed an addiction?
Can we truly be happy if we never live our lives but instead vicariously live the lives of others? Who are you without your phone? Who are you when all noise is removed and you are left in a room to contemplate your thoughts? Who are you in the silence?
Iaddict habla sobre la adicción a la tecnología y cómo estamos todos tan conectados pero al mismo tiempo tan profundamente distanciados de nosotros mismos y de los demás. Todos viven una vida falsa en la que lo superficial se vuelve real y todos parecen ser perfectos en las redes sociales, cuando en realidad todos estamos profundamente tristes, heridos y anhelando conexiones humanas verdaderas.
Ya sea en un semáforo o en la mesa del comedor, los teléfonos celulares se han convertido en apéndices adicionales de la existencia humana. Ya sea en el baño o en el cine, simplemente parece que hoy en día no podemos vivir sin nuestros teléfonos.
“La sobrecarga sensorial es cuando tus cinco sentidos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) reciben más información de la que tu cerebro puede procesar. Cuando tu cerebro se ve abrumado por esta entrada, entra en modo de lucha, huida o congelación en respuesta a lo que se siente como una crisis, haciéndote sentir inseguro o incluso con pánico”. La sobrecarga sensorial es algo que experimentamos día a día, considera por un segundo las interminables horas navegando por las redes sociales, ¿por qué parece que no podemos parar? ¿Por qué tenemos que hacer la tarea mundana de desplazarnos con la esperanza de encontrar la próxima descarga de dopamina que hará que nuestros cerebros sean un poco más felices? ¿Somos realmente felices o estamos haciendo todo lo posible para alimentar una adicción? ¿Podemos ser realmente felices si nunca vivimos nuestras vidas, sino que vivimos indirectamente las vidas de los demás?
¿Quién eres sin tu teléfono? ¿Quién eres cuando se elimina todo el ruido y te dejan en una habitación para contemplar tus pensamientos? ¿Quién eres en el silencio?
MabsArts 